"La música recorre todas las partes de tu cuerpo y se siente como una limpieza. 3 o incluso 4 horas pasaron tan rápido, increíble, pierdes la noción del tiempo.
En ese momento no me sentía muy feliz. Mi relación se estaba desmoronando y yo todavía no aceptaba el hecho de que mi pareja y yo tendríamos que seguir caminos separados.
La música me consolaba. Aunque dudaba que cosas así pudieran ser ciertas, quería experimentar más.
Al día siguiente me sentí muy deprimida y tal vez me dolía todo el cuerpo, pero al mismo tiempo sabía que algo bueno estaba pasando en mi cuerpo. Solo tenía que dejarme llevar y confiar. Así que el 5 de enero de 2014 fui a un taller con Swamiji. Fue un día muy agradable, con música y una inmensa felicidad. Por la noche me sentí triste y terriblemente cansada, con dolor en todo el cuerpo. Al día siguiente me sentí de nuevo miserable.
Pero luego, unos días después, de repente, sentí una ligereza en mi mente y en mi cuerpo, como probablemente la última vez, cuando era niña... Mi corazón se abrió y mi rostro no tuvo más remedio que sonreír. La primera vez no me sentí como una víctima; ahora empecé a disfrutar...

Me sentí abierta, confié en la vida, en que conocería a las personas adecuadas, en que mis clases de yoga crecerían, en que conseguiría más trabajo en marketing y simplemente sucedió...
Acabo de regresar de otro taller de dos días y lo que experimenté allí es difícil de describir con palabras. Gente agradable, buena energía y muchos encuentros con nuevas técnicas de meditación. Practicamos varios tipos de meditación y en algunas de ellas sentí y vi mi alma."

Sandra, Interlaken